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Néstor Martínez Valls

Vassula Ryden es una cristiana ortodoxa que afirma recibir mensajes de Jesús tocantes a la reunión de católicos y ortodoxos.

Ha llegado a nuestro poder el texto de las respuestas dadas por Vassula Ryden a cinco preguntas hechas por el P. Prospero Geach, OSA, Consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el 26 de Junio de 2002.

Nos interesa señalar en las respuestas de Vassula a esas preguntas algunas cosas que nos parecen erróneas desde el punto de vista de la fe católica.

Según Vassula, Jesús le habría dicho en uno de sus mensajes: “Reaviva mi Casa, embellece Mi Casa y únela”.

Contra:

La Iglesia de Cristo es indefectiblemente Una, no necesita ser unida. La unidad que buscamos es la de los cristianos, no la de la Iglesia, que ya existe en la Iglesia Católica.

No se puede dejar para al futuro la unidad de la Iglesia, porque en el Credo confesamos nuestra fe en la Iglesia “que es Una, Santa, Católica y Apostólica”. Subráyese aquí el ES, o sea, profesamos la fe en la unidad presente de la Iglesia. Esto deben rezarlo los cristianos de todos los tiempos, o sea, siempre la Iglesia ha sido y será una, por el poder de Dios, que así lo ha prometido: “Las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella”. Porque la pérdida de la unidad equivaldría a su muerte, y al triunfo de las potestades infernales, contra la promesa del Señor.

Dice también Vassula que “esta división en Su Iglesia no era su deseo”.

Contra: Lo mismo de arriba.

Otros supuestos mensajes de Jesús dicen:

“Yo uniré entonces Mi Iglesia…habéis desmembrado Mi Cuerpo.”

“Vassula, ha llegado el momento de unir Mi Iglesia”.

Contra: Lo mismo de arriba. Está dejando para el futuro la unidad de la Iglesia.

Igualmente:

“Casa de Occidente, te has dado cuenta…”

Contra: La Iglesia Católica no es la “Iglesia de Occidente”, es la Iglesia Universal. No hay dos Iglesias, hay una sola Iglesia Católica de Nuestro Señor Jesucristo. Fuera de la Iglesia Católica hay muchas Iglesias locales, particulares, cada una con su Obispo, que no están en plena comunión con la Iglesia Católica, porque no aceptan el Primado del Papa. Pero no hay “otra Iglesia”. No existe la “Iglesia Oriental”, o la “Iglesia Ortodoxa”, pues a esas Iglesias de Oriente les falta justamente el vínculo visible de unidad entre ellas, que es, precisamente, el ministerio del Sucesor de Pedro, que ellas han rechazado.

Dice también:

“Ruega para que la casa de Oriente y la casa de Occidente se unan, como dos manos que se unen para la plegaria; un par de manos similares y llenas de belleza al señalar juntas hacia el cielo cuando están en oración. Que esas dos manos pertenecientes al mismo cuerpo trabajen juntas y compartan su capacidad y sus recursos la una con la otra (…) Otro mensaje habla del papel que desempeña Oriente en juntar de nuevo las dos casas, unificando el Cuerpo de Cristo.”

Contra:

Pone a la Iglesia Católica y la “Iglesia de Oriente” (en realidad, son varias Iglesias locales, pero no una sola Iglesia, pues les falta justamente un vínculo visible de unidad, o sea, el Papa) al mismo nivel, lo cual viene a decir que hay dos Iglesias, o que la Iglesia está partida en dos, lo cual es contra la fe católica.

Y dice:

“Voy a extender Mi Mano para grabar en un bastón las palabras: Ribera occidental, Casa de Pedro y de todos aquéllos que le son leales; luego, en otro bastón, grabaré: Ribera oriental, Casa de Pablo junto a todos aquéllos que le son leales. Y cuando los miembros de las dos casas digan: «Señor, dinos qué piensas hacer ahora», les diré: «Tomaré el bastón en el que he grabado el nombre de Pablo junto con todos los que le son leales y lo pondré con el bastón de Pedro y sus leales, formando uno solo. Haré un solo bastón de los dos y los sostendré como uno solo; los ligaré juntos con Mi Nuevo Nombre; éste será el puente entre Occidente y Oriente. Mi Santo Nombre ligará el puente para que intercambiéis vuestras posesiones a través de este puente; no practicarán más solos, sino juntos, y Yo reinaré sobre todos ellos.

Sucederá lo que he planeado, y si los hombres te dicen, hija, que estos signos no vienen de Mí, diles: «No temáis, ¿no habéis oído que Él es a la vez el Santuario y la piedra de tropiezo, la Roca que puede derribar las dos casas pero también levantarlas de nuevo como una sola Casa? (24.10.1994).”

Contra:

Aquí parece que se habla de dos Iglesias, una de Occidente, y de Pedro , y otra de Oriente, y de Pablo, y al final, de una tercera Iglesia que resultará de la unión de esas dos, y que estará bajo el signo del “Nuevo Nombre” de Jesús (¿cuál?). Pero no hay dos Iglesias, sino una sola, la Católica, fuera de la cual existen en Oriente muchas Iglesias particulares que no están en plena comunión con ella, pero no otra Iglesia. Y mucho menos va haber una “tercera Iglesia” que resulte de la unión de esas supuestas dos.

Por otra parte, recordar que la mayor parte del ministerio de Pablo transcurrió en Occidente, y que fue martirizado en Roma.

Es cierto que también dice:

“Yo, el Señor no quiero ninguna división en Mi Iglesia. Por Mi causa os uniréis y bajo Mi Nombre Me amaréis, Me seguiréis y daréis testimonio de Mí. Os amaréis unos a otros como Yo os amo; os uniréis y os haréis un solo rebaño bajo un solo Pastor. 5 Como todos sabéis, Yo he escogido a Pedro, confiriéndole la autoridad. Como todos sabéis, Yo le he dado las llaves del reino de los cielos. He pedido a Pedro que alimente Mis corderos y mis ovejas, cuidando de ellos. 6 Yo le he conferido esa autoridad. No he querido que alteréis Mi deseo (19.03.1988).”

«Otro mensaje hablando del futuro de la unidad lo deja aún más claro:

Pondré entonces en la mano de Pedro un cetro de hierro con el que guardará Mis ovejas, y en cuanto a aquellos que no saben y se preguntan aún: «¿Por qué debemos tener un guía?» Yo os digo esto: «¿Habéis visto nunca o sabido de algún rebaño de ovejas sin pastor? Yo soy vuestro Pastor Celestial y he elegido a Pedro para guardar Mis corderos hasta Mi vuelta. Le he dado la responsabilidad, ¿por qué entonces todas esas disputas, por qué todas esas vanas discusiones? Y a todos aquellos que aún no conocen Mis palabras, os digo que las leáis en las Escrituras: se encuentran en el testimonio de Juan, Mi discípulo. Yo uniré entonces Mi Iglesia y os rodearé con Mis brazos en un solo redil porque, tal como sucede hoy, estáis todos dispersos, desarrollando demasiadas comunidades y grupos separados. Habéis desmembrado Mi Cuerpo y esto no puede ser Os uniré a todos (16.05.1988).”

«Otros mensajes hablan del Papa como el Vicario de Cristo o el Vicario de la Iglesia. He aquí un ejemplo:

“Rogad por la Iglesia entera. Sed el incienso de Mi Iglesia y con esto quiero decir que oréis por todos aquellos que están proclamando Mi Palabra, desde el Vicario que Me representa hasta los apóstoles y profetas de vuestro tiempo, desde las almas sacerdotales y religiosas hasta los laicos, a fin de que estén dispuestos a comprender que todos vosotros que he mencionado sois parte de Un Solo Cuerpo, Mi Cuerpo. (10.01.1990). Más referencias en 01.06.1989, 02.03.1990, 10.10.1990, 18.03.1991, 20.04.1993, 20.12.1993, 15.04.1996, 22.10.1996, 20.12.1996).”

“Aunque el mensaje confirma la primacía de Pedro, el Obispo de Roma, reconocida en ambas tradiciones, ortodoxa y católica, no habla de cuestiones de jurisdicción. Creo que no estoy llamada a hablar sobre esta cuestión y, por tanto, me abstengo de hacerlo de todos modos.”

Pero contra esto: Por lo arriba visto, parece no comprender que la existencia del Papa como sucesor de Pedro y Vicario de Cristo en la Iglesia Católica, hoy día, implica que la Iglesia fundada por Cristo no ha perdido su unidad, sigue existiendo, pues sigue en pie el principio visible justamente, de esa unidad, que es el Papa. El Primado del Papa sobre la Iglesia de Cristo hace imposible que hoy día haya dos Iglesias de Cristo, una que tiene al Papa, y otra que no, o bien, dos partes de la misma Iglesia, una con el Papa, y otra sin él. Porque separarse del Papa es separarse de la plena comunión con la Iglesia de Cristo. Ver el mensaje en que Pedro y Pablo se hayan prácticamente equiparados como “cabezas” o algo así de la “Casa de Occidente” y la “Casa de Oriente”, y en el que al final no es ninguno de ellos, al parecer, sino el mismo Cristo el que preside y unifica a la Iglesia en este mundo, una vez realizada la “unificación”.

También dice:

“La Iglesia de Cristo es una en el sentido de que Cristo es uno y sólo tiene un Sagrado Cuerpo. Es la gente de la iglesia la que está dividida.”

Contra:

Pero no parece darse cuenta de que esa unidad del Cuerpo de Cristo debe verse realizada también en su Iglesia, desde la Primera hasta la segunda venidad de Jesús, por la misma promesa del Señor: “Las puertas del Infierno no prevalecerán sobre ella”. No queda claro si esa unidad del Cuerpo de Cristo que afirma va más allá del Cuerpo individual del Señor Resucitado. Porque si así es, y si afirma la unidad de la Iglesia como Cuerpo de Cristo ¿cómo se hace esto compatible con afirmar que la Iglesia está “dividida” y que hay dos “Casas” de Cristo, la de Occidente y la de Oriente, la de Pedro y la de Pablo?

Dice también, atribuyéndolo a la Virgen:

“El Reino de Dios no es sólo palabras en los labios, el Reino de Dios es amor, paz, unidad y fe en el corazón. Es la Iglesia del Señor unida en Una sola dentro de vuestro corazón. Las Llaves de la Unidad son el Amor y la Humildad. Jesús nunca os requirió que os separarais; esta división en Su Iglesia no era Su deseo. (23.09.1991).”

Contra:

Con lo cual parece sugerirse que la unidad de la Iglesia se dará solamente en los corazones, de modo invisible, por encima de las instituciones visibles. Y vuelve con la división “de la Iglesia”.

Sobre la Trinidad:

Dice que el llamar a Cristo “Padre” es solamente una forma afectuosa de hablar, que no se sitúa en el plano doctrinal u ontológico.

Sin embargo, las explicaciones que da después de algunas de esas expresiones sí se sitúan en el plano ontológico y doctrinal, y no son acertadas. Por ejemplo:

“En un pasaje de los escritos de La Verdadera Vida en Dios, Cristo dice: «Yo soy la Trinidad». Aquí Cristo Se identifica con la naturaleza divina de la Trinidad que es Única. Cristo es uno de la Trinidad. Cristo habla como la divinidad, puesto que es única en naturaleza, comunicada por cada una de las tres personas.”

Contra:

La “Divinidad” como tal no es una “cuarta Persona”, y no puede, por tanto, estrictamente considerado, “hablar” por su cuenta. Las que hablan son siempre las Personas, en cada una de las cuales se realiza totalmente la única Divinidad. Pueden hablar por separado, como cuando hablan entre sí, por ejemplo, el Hijo con el Padre: “Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra…”, etc., y también pueden hablar todas juntas a la creatura, pero no es en esos casos la Divinidad directamente la que habla, sino las Tres Personas.

Cristo se identifica, sí, con la Divinidad, común a las tres Personas, pero no se identifica con el Padre ni con el Espíritu Santo en tanto que Personas, y es sólo cuando consideramos las Personas que tiene sentido hablar de la Trinidad. Por tanto, la afirmación “Yo soy la Trinidad”, atribuida a Cristo, es falsa y herética, y no puede por tanto proceder de Él.

Si esto no significa desautorizar del todo la misión de Vassula, significa al menos que ella ha mezclado con los mensajes que supuestamente vienen de Dios, cosas de su propia cosecha que no son compatibles con la fe cristiana, de ahí que la prudencia y discernimiento recomendados por el Card. Ratzinger son máximamente necesarios.

Luego, dice:

“En uno de los pasajes de La Verdadera Vida en Dios hablaba Cristo: Bendita seas, hija Mía. Yo, tu Padre Santo, te amo. Yo soy la Santísima Trinidad. Luego añadía: Has discernido bien. Yo había discernido, mientras Jesús decía Yo soy tu Padre Santo, un Jesús «triple», como esas imágenes de fantasía de una persona, hechas de modo que parezcan tres, una saliendo de la otra, todas similares y las tres iguales. «Yo soy la Santísima Trinidad, todo en uno» (11.04.1988) (Única, indivisa, una esencia, una sustancia). Si nos fijamos sólo en la afirmación inicial atribuida a Jesús, podríamos preguntarnos si no se está identificando Él Mismo con el Padre y después con la Trinidad entera. Pero si seguimos leyendo, resulta claro que no lo está haciendo.”

Contra:

Aquí repite la afirmación errónea y herética en sí misma considerada, si es atribuída a Jesús: “Yo soy la Santísima Trinidad”. La explicación o “discernimiento” que da Vassula después no mejora las cosas. Habla de un “Jesús triple”. Con eso quiere decir que no niega la distinción entre las personas, puesto que admite que son tres. Pero resulta que esas tres Personas, ¡son “Jesús” las tres! ¿Tendremos entonces una Trinidad compuesta por Tres Hijos?

O bien, si las tres “personas” son Jesús, en realidad, entonces, hay una sola Persona. Nótese además que no dice que sean tres, sino “hechas de modo que parezcan tres”. Eso suena muy parecido a la herejía de Sabelio, que decía que en Dios había una sola persona, la cual a veces se manifestaba como Padre, otras como Hijo, otras como Espíritu Santo.

Es claro que no distingue correctamente lo que corresponde a las Personas y lo que corresponde a la Naturaleza divina. Pero es claro también que semejante error no puede hallarse en un mensaje venido de Jesús mismo, a menos que ese mensaje se encuentre de hecho mezclado con errores de procedencia humana, lo que aconseja la máxima cautela y nos hace preguntarnos cuál será el criterio para distinguir en esos mensajes lo divino de lo humano, o sea, si son de algún modo utilizables en definitiva.

Luego, dice:

“Con el fin de expresar esto con la manera de pensar de la tradición de la Iglesia Ortodoxa, puede resultar útil volver de nuevo al libro de Basil Krivoscheine sobre San Simeón. Allí las palabras están expresadas mejor de lo que yo las expresaría. «Dios está por encima de cualquier nombre. Él es Trinidad, sin embargo, el Único, y su Unidad no puede ser expresada» (p. 284).”

Contra:

Pero justamente, este teólogo no pone aquí como sujeto a “Jesús”, sino a “Dios”, y es claro que está hablando de la Divinidad o naturaleza divina, que es común a las tres Personas, y no de alguna Persona en particular, que se identificaría con la Trinidad, que es lo que hace Vassula, como hemos visto.

Lo mismo sucede con las palabras de San Simeón que cita a continuación:

“Por múltiples nombres que Te llamemos, Tú eres un único ser… Este único ser es una naturaleza en tres hipóstasis, una sola Divinidad, un solo Dios en una sola Trinidad, no tres seres. Y sin embargo el Único es tres según las hipóstasis. Son connaturales una a la otra según la naturaleza, enteramente del mismo poder, la misma esencia, unidas sin confusión de una manera que sobrepasa nuestro entendimiento. Por otra parte son distintas, separadas sin separación, tres en uno y uno en tres (Himno 45, 7-21).”

Nuevamente, aquí se habla de la Unidad sólo en el plano de la Esencia, y no se identifica a ninguna de las Personas con la Trinidad, como hace Vassula en sus mensajes, por ejemplo en lo que viene inmediatamente a continuación de ese texto de San Simeón:

“Y en otro pasaje de la VVeD, Cristo insiste en la Unicidad Divina de la Trinidad: «Yo-Soy Aquél-Que-Salva, Yo soy vuestro Redentor, Yo Soy la Santa Trinidad todo en Uno, Yo Soy el Espíritu de Gracia…» (28.07.1989).”

Contra:

Esto es más que insistir en la Unicidad Divina de la Trinidad, lo cual está muy bien, esto es identificar esa Trinidad divina con una de las Personas, a saber, Cristo, el Hijo encarnado, lo cual es falso y herético en sí mismo considerado.

Por todo esto, siguen siendo justificadas a nuestro juicio estas consideraciones de la Notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe del año 1995:

“Entre otras cosas, se habla con un lenguaje ambiguo de las Personas de la Santísima Trinidad, hasta el punto de que se confunden los nombres y las funciones específicas de las Personas Divinas. En esas presuntas revelaciones se anuncia un inminente período de predominio del Anticristo en el interior de la Iglesia. Se profetiza, en clave milenarista, una intervención resolutiva y gloriosa de Dios, que estaría a punto de instaurar sobre la tierra, antes de la venida definitiva de Cristo, una era de paz y bienestar universal. Además, se anuncia que próximamente se llegará a formar una Iglesia que sería una especie de comunidad pan-cristiana, en contraste con la doctrina católica.

El hecho de que en los escritos posteriores de la señora Ryden esos errores no aparezcan, es signo de que los presuntos «mensajes celestiales» son sólo fruto de meditaciones privadas.”

En definitiva, por lo que se ve en este escrito están más que justificadas las recomendaciones de “prudencia”, “discernimiento”, y “no tomar como Palabra de Dios lo que de momento se considera solamente como palabra humana y personal”, hechas por el entonces Card. Ratzinger.

Por lo que volvemos a transcribir el final del documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de 1995:

“Teniendo en cuenta que, a pesar de algunos aspectos positivos, el efecto de las actividades llevadas a cabo por la señora Vassula Ryden es negativo, esta Congregación solicita la intervención de los obispos para que informen de forma adecuada a sus fieles, y no se conceda espacio alguno en el ámbito de sus respectivas diócesis a la difusión de sus ideas. Por último, invita a todos los fieles a no considerar sobrenaturales los escritos y las intervenciones de la señora Vassula Ryden y a conservar la pureza de la fe que el Señor ha confiado a la Iglesia.”