logoterapia-y-educación

María Cristina Araújo Azarola

Hay varios enfoques posibles a este tema. Podría hablar de mi experiencia educativa, o recoger las opiniones de mis alumnos acerca de la enseñanza de Viktor Frankl. Podría exponer una Logoterapia de la educación. Pero teniendo en cuenta el motivo que nos convoca y la experiencia del mismo Viktor Frankl en 1990, me pareció más adecuado espigar en los escritos de este médico –psiquiatra y doctor en Filosofía, sus reflexiones sobre educación.

La anécdota y su enseñanza

Es verdad que Viktor Frankl, no escribió específicamente sobre educación. El mismo, en el Congreso de Logoterapia realizado en la ciudad de Buenos Aires, en el año 1990, ante la pregunta referente a la formación de los futuros docentes, afirmó que no era especialista en educación. Sin embargo narró una anécdota familiar que ilustró una posible respuesta. Esta anécdota centra la atención en la necesidad de orientar a los niños a la búsqueda de un sentido positivamente valioso a sus acciones. A través del juego, de los paseos o en cualquier otra circunstancia.

Con esta anécdota Frankl nos hace observar que la educación va más alla de la mera instrucción , y que la educación recibida en la familia y vivida en familia, es de suma importancia. El medio ambiente podrá fomentar la desunión y la inestabilidad familiar,podrá erosionr a la familia, se podrá presentar otros «modelos» de familia, en vez de familiarizarnos y estimularnos con una «familia modelo». Sin embargo , si en la propia familia existe el amor, si hay comprensión de las fatigas y necesidades de cada miembro, si se aprende a vivir en la unidad y solidaridad, están puestas las bases de la permanencia de la institución familiar.

Los escritos de Viktor Frankl. Reconocimiento

Frankl afirma reiteradas veces que vivimos una época en la que predomina la sensación de una falta general de sentido.

Elizabeth Lukas (del Instituto de Psicología Experimental y aplicada de la Universidad de Viena) reconoce que Viktor Frankl «tiene el mérito de haber despertado el interés por el concepto de vida llena de sentido»[1]. Y confirma que si bien no se sabe cuál es la distancia que hay entre el ansia insatisfecha de sentido y la descarga sin sentido de la agresividad, sin embargo se sabe que a medida que disminuye la plenitud de sentido, se ponen de manifiesto los síntomas de frustración , se agravan las tendencias neuróticas y depresiones y empeora la psicohigiene general [2]

También ha podido comprobar que muchos jóvenes que no han encontrado suficiente sentido en su vida se escapan hacia el placer momentáneo, se ilusionan con la droga y caen en la monotonía de acciones sin objeto. [3]

Frankl también menciona la necesidad de sensación de vértigo como sintonía de ausencia de sentido, así como la intolerancia [4] y algunas formas de la competición [5] y el suicidio. [6]

La ausencia de sentido, con frecuencia ,va unida al sentimiento del absurdo, al aburrimiento y al vacío existencial.

La necesidad de sentido

En su obra «Ante el vacío existencial» Frankl recuerda:

«Se dice que Einstein afirmó cierta vez que quien considerara que su vida no tiene sentido no solo es un desdichado, sino que apenas si tiene capacidad de vivir…

No fue esta la menor de las lecciones que llevé a casa de Auschwitz y Dachau : que los que demostrasen tener mayor capacidad para sobrevivir incluso en aquellas situaciones límites eran los que estaban orientados hacia el futuro, hacia una tarea que los esperaba, hacia un sentido que querían cumplir. Más tarde, los siquiatras americanos pudieron confirmar esta realidad con las experiencias de los campos de prisioneros de guerra japoneses, norcoreanos y norvietnamitas» [7]

Claro que no es suficiente con tener un sentido o tarea que realizar. No basta saber que se tiene una misión que cumplir. Hay que cumplirla, hay que ejecutarla.

En una conferencia dictada en Chicago, titulada «Determinismo y humanismo» Frankl explica la sin razón de una afirmación de Freud. Sigmund Freud dijo una vez:

«Trátese de exponer al hambre a un grupo de personas diversas y con el aumento de la necesidad apremiante de alimentos, todas las diferencias individuales se borrarán, y en su lugar aparecerán las manifestaciones de este instinto no gratificado».

Frankl comenta en base de su experiencia vivida en el campo de concentración. Dice así:

«Lo que sucedió en realidad fue más bien todo lo contrario. En el campo de concentración la gente se volvió más diferenciada aún. Los cerdos se desenmascararon. Y también los santos. El hambre los descubrió. Esa hambre era la misma en un caso y en otro. Sin embargo, la gente se diferencia» [8]

La experiencia vivida por Frankl y las investigaciones realizadas conducen a la certeza de que » el sufrimiento por la vida sin sentido clama por una sicoterapia centrada en el sentido» [9]

A este dato que Frankl revela y que detalla en «El hombre en busca de sentido» , se asocia la necesidad de una educación que ayude al educando ( a toda persona, pues todos somos educandos) a ir descrubriendo el significado, el sentido y consecuencias de sus acciones y omisiones.

Por eso escribe Frankl:

«En nuestra época la educación no debe limitarse a impartir el saber, sino que ha de favorecer la depuración de la conciencia moral, de suerte que el hombre se sensibilice lo suficiente para poder captar el postulado inherente a cada situación. En una época en que los 10 mandamientos han perdido para muchos su vigencia, el hombre debe capacitarse para percibir los 10.000 mandamientos incluidos en las 10.000 situaciones con las que le confrontan su vida. Entonces no solo recuperará el sentido de esta vida, sino que él mismo se inmunizará contra el conformismo y el totalitarismo, las dos secuelas del vacío existencial, en efecto, solo una conciencia lúcida la capacitará para la «resistencia», para no amoldarse al conformismo ni doblegarse ante el totalitarismo.» [10]

En Viktor Frankl , la educación para el sentido está unida a la formación de la conciencia moral. Así como hay un sentido en cada acción o situación, o efecto vinculado estrechamente a un valor positivo, también la formación de la conciencia moral supone y exige el descubrimiento de un bien moral objetivo. Cada situación es un requerimiento para quien la vive. Ante esta situación debe encontrar la respuesta adecuada, verdadera. A veces es difícil descubrirla

La responsabilidad

La tarea de búsqueda , descubrimiento, reflexión sobre la verdad, o sobre el bien, exige esfuerzo y ejercicio responsable de la voluntad libre. Enseña Frankl :

«En cualquier caso, la educación debe ser hoy más que nunca una educación para la responsabilidad. Y ser responsable significa ser selectivo, ser capaz de elegir. Vivimos en una affluenty society, recibimos avalanchas de estímulos de los medios de comunicación social y vivimos en la era de la píldora. Si no queremos anegarnos en el oleaje de todos estos estímulos, en una promiscuidad total, debemos aprender a distinguir entre lo que es esencial y lo que no lo es, lo que tiene sentido y lo que no lo tiene, lo que reclama nuestra responsabilidad y lo que no vale la pena.» [11]

Observando que con frecuencia la responsabilidad personal parece esfumarse ante la presión de los estímulos ambientales y prolifera la protesta, dice Frankl :

«Me atrevo a predecir que tarde o temprano el hombre actual adquirirá una nueva conciencia de responsabilidad. Lo está anunciando ya la marea de las protestas. Sin olvidar que la protesta se convierta muchas veces en «Antiest», porque va contra algo y no a favor de algo. No sabe ofrecer una alternativa constructiva. La libertad degenera en arbitrariedad si no está complementada con la responsabilidad». [12]

En el congreso realizado en Buenos Aires en 1990, nuevamente se refiere a la necesidad de educar para la responsabilidad. Es muy fácil romper las barreras físicas (se refiere al muro de Berlín) y todo lo que obstaculiza al ejercicio de la libertad física. Pero ya no es tan fácil ejercitar la libertad interior, esa verdadera libertad que surge de un acto deliberado y ponderado en función de los valores positivos y del sentido auténtico.

Este concepto de libertad humana supone un concepto integral del hombre; pues el hombre no es tan solo un ser bio-psico-social sino también espiritual y religioso. A los conceptos de «Homo faber», «Homo sapiens», «Homo aeconomicus» Frankl incorpora los conceptos de «Homo patiens» y «Homo religiosus». [13]

Frankl advierte sobre el peligro que encierran los «homunculismos» biologista, psicologista, sicológico y de la automatización, porque desfiguran la verdadera imagen del hombre y desconocen o niegan la dimensión espiritual de la voluntad y libertad humanas. Además incapacitan al ser humano para amar y para la trascendencia.

El médico vienés ha vivido directamente las consecuencias de las enseñanzas de los filósofos y catedráticos nihilistas, así como las enseñanzas del biologismo y cientificismo ; por este motivo puede afirmar que los programas de eutanasia, de «liquidación de la vida inútil» en la época de Hitler; y aun hoy, se fraguan, se preparan en los escritorios y en las aulas.

Por lo tanto, sembrar el escepticismo y la superficialidad en las relaciones interpersonales, entre los adolescentes y los jóvenes estudiantes, es ir formando generaciones nihilistas que, al no descubrir sentido alguno a sus actos y a sus vidas, se orientan a la droga, prostitución , violencia. Frankl recordaba en el Congreso, ya citado, de 1990, en Buenos Aires, que hoy siguen amenazando el materialismo y el hedonismo. También a América Latina. Pero este continente tiene la posibilidad de resistir a estas formas de deshumanización porque aún conservamos el verdadero concepto antropológico. Aquí veo una tarea importante para la labor educativa. [14]

Los aportes de Rudolf Allers

Hay otros aspectos que podemos rescatar para la educación. En un discurso conmemorativo sobre Rudolf Allers, pronunciado el 24 de marzo de 1968 en la 14 ma. Reunión ordinaria de la Sociedad Austríaca de Médicos para la Psicoterapia, Viktor Frankl recuerda que Allers estipula como fin de la educación :

«El establecimiento de un ajuste entre la actitud subjetiva ante los valores y la validez objetiva de los valores» y «la realización completa de todas las posibilidades positivas que se encuentran dentro de la propia persona».

Este filósofo y psiquiatra afirma que:

«El paso de las potencias a los actos (…) es la esencia y el sentido de la vida humana». [15]

Observa que existe una tensión entre los valores realizados y los valores que hay que realizar.. En esto consiste la marcha de la educación; puesto que lo que mueve y orienta a la educación son los valores que objetivamente hay que alcanzar. La educación auténtica tal como la conciben Allers y Frankl, se aparta del individualismo y del colectivismo. Advierte Allers:

» El hombre debería lograr mantenerse conciente de su propio valor que no se puede perder y de la inseguridad absoluta de su persona, sabiendo precisamente que posee este valor propio solo si se sabe y vive miembro de totalidades superiores».

Sin embargo, advierte también, que la actitud de servicio y la entrega de si mismo no pueden significar la renuncia o el despojamiento de su singularidad y soledad esencial, porque esto sería la ausencia de la autorresponsabilidad y la anulación de sí mismo. En una palabra: no existiría en cuanto persona. [16]

¿Cómo lograr estas metas educativas? Adquiriendo conciencia del valor y de la dignidad personal, detestando el mal y amando a las personas.

Viktor Frankl parece coincidir con estas expresiones de Rudolf Allers (en el Congreso de Buenos Aires 1990 Frankl se reconoce deudor de él) y concluye su discurso afirmando que en la medida en que se conozca la verdad triunfaremos sobre la tragedia que forma parte de la esencia de la existencia humana y en este sentido la verdad nos libera del sufrimiento, mientras que nuestro simple estar libres del sufrimiento no sería capaz ni mucho menos de acercarnos a la verdad [17]

Aquí se nos presenta otro aspecto interesante en la tarea eductiva; educar en la verdad y orientando a cada educando a buscar siempre lo verdadero y a no apartarse de la verdad.

Frankl se preocupa por la juventud y entiende que los educadores sean padres y docentes, los medios de comunicación social y los profesionales de la salud física y mental, podrían mancomunar esfuerzos y no crear falsas expectativas o falsos ídolos, no deformar la verdad.

La sexualidad humana

Otro de los temas abordados es el de la sexualidad. Frankl enseña que la integración de la sexualidad humana en la esfera del amor, es signo de madurez personal. Si la persona no logra integrarla, se despersonaliza. Se deshumaniza. Frankl ha comprobado que la sexualidad se desvaloriza «en el curso de la inflación sexual. Porque la sexualidad humana es más que la mera sexualidad». [18]

La sexualidad humana no es igual a la sexualidad animal. Esta es meramente instintiva. La sexualidad humana, no. Frankl insiste en la necesidad de ocuparse en resaltar lo que nos constituye como personas y de obrar como tales.

El Dr. Frankl también ha observado que la libido sexual prolifera cuando la conciencia está vacía de sentido. Es lo que Frankl denomina «vacío existencial». Esto significa que el desconocer que su vida tiene sentido y que las relaciones sexuales tienen un sentido de autorrealización personal en el amor, el hombre usa de su sexualidad a modo de instrumento de placer; pero no vive su realidad de persona sexuada.

Frankl explica que el hombre es una unidad de cuerpo, alma y espíritu. De este modo distingue tres posibles actitudes:

  • La actitud sexual, que se refiere a la corporalidad de la persona;
  • La actitud del enamoramiento, que surge ante ciertas cualidades anímicas de la persona de sexo opuesto;
  • La actitud del verdadero y auténtico amor. En este caso la persona amada se orienta al «tú» del ser amado, a quien reconoce como único e irrepetible.

En el campo de concentración parece habérsele revelado esta realidad del amor. Escribe que cuando todo se ha perdido, «mi mente se aferraba a la imagen de mi mujer, a quien vislumbraba con extraña precisión. La oía contestarme, la veía sonriéndome con su mirada franca y cordial. Real o no, su mirada era más luminosa que el sol del amanecer. Un pensamiento me petrificó ; por primera vez en mi vida comprendía la verdad vertida en las canciones de tantos poetas y proclamada en la sabiduría definitiva de tantos pensadores . La verdad de que el amor es la meta última y más alta puede aspirar el hombre. Fue entonces cuando aprehendí el significado del mayor de los secretos que la poesía y el pensamiento y el credo humanos intentan comunicar; la salvación del hombre está en el amor y a través del amor. Comprendí cómo el hombre, desposeído de todo en este mundo, todavía puede conocer la felicidad – aunque solo sea momentáneamente – si contempla al ser querido… para ese entonces ya había aprendido bien que el amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su significación más profundo en su propio espiritu, en su yo íntimo…» [19]

Por lo tanto, lograr la integración de la sexualidad al orden del amor auténtico, significa un esfuerzo de autoconocimiento, autocontrol y auto-trascendencia. De este modo se pueden lograr amistades duraderas y matrimonios felices. Frankl enseña que:

«La actitud monogámica es la etapa última del desarrollo sexual, la meta superior de la pedagogía sexual y el ideal de la ética sexual». [20]

Otros ámbitos de su preocupación educativa

Viktor Frankl tiene presente la formación de los médicos, de los sicólogos y de los siquiátras. Le interesa su labor profesional. Le preocupa la humanización de estas actividades.

En más de una oportunidad recuerda que la diferencia básica que existe entre un médico y de un veterinario, es su clientela. No se trata de una psicologización de la medicina, sino de su humanización. [21]

Por otra parte, sino tuviera la certeza de estar ante una persona, ante un ser espiritual, tal vez no valiera la pena ocuparse en «reparar» el organismo psico-físico.[22]

Conclusiones

En resumen: ¿qué vinculación tiene la logoterapia con nosotros los educadores? O como reza el título de estas reflexiones: ¿qué vinculación hay entre logoterapia y educación?

He agrupado en tres núcleos mis conclusiones:

  • lo que se descubre,
  • lo que aprendemos,
  • lo que podemos hacer.

Lo que se descubre: en primer lugar se descubre que la educación no es una terapia, pero sí es una orientación hacia algo y hacia alguien (tú humano, Tú Divino). En la educación se adquieren hábitos que ayudan a ser mejores, por lo que resulta una dinámica de la perfección de cada persona. Nos perfeccionamos en la medida que nos trascendemos hacia nuestros prójimos y hacia las Personas Divinas.

El educador no es un logoterapeuta. Sin embargo, orienta hacia un sentido, tal vez sin daarse cuenta . El mismo realiza su tarea orientándola hacia un sentido, consciente o inconcientemente confesado.

En segundo lugar , en los escritos de Viktor Frankl, se descubre:

  • -un concepto integral del hombre.
  • -un concepto de vida que incluye las alegrías y las penas, los gozos y el sufrimiento, los deseos, los anhelos y las realizaciones.
  • -se descubre también una valoración de la vida humana en cada una de sus fases; porque cada ser humano tiene una misión que cumplir en esta vida.
  • -se descubre que la dignidad del ser humano no radica en su utilidad.
  • se descubre la influencia de los medios de comunicación social.
  • se pone de manifiesto la influencia de las ideas trasmitidas en el aula.

Lo que aprendemos: en la logoterapia y en la logoteoría frankliana aprendemos:

  • a trasmitir lo positivamente valioso; nos esforzamos en abrir horizontes hacia los valores auténticos que ayuden a los hombres –varones y mujeres- a realizarse en sus posibilidades personales.
  • no sembrar discordias , ni odio, sino unión y amor entre las personas;
    orientar en la educación sexual a fin de que puedan los adolescentes, integrar la sexualidad en la esfera del amor auténtico, para que de este modo desarrollen la personalidad integrada, y maduren con tranquilidad y serenidad a la formación de familias estables.

Lo que podemos hacer: a la luz de estas reflexiones de Viktor Frankl, me parece observar que a través de la educación, podemos:

  • Poner las bases de una personalidad sana y vigorosa;
  • Ayudar a los niños , adolescentes, jóvenes, adultos y a nosotros mismos, a tomar conciencia que somos capaces de realizar tareas personalizantes.
  • Enseñar a ser solidarios de verdad y sanamente críticos;
  • Poner las bases de una paz sólida y verdadera, siempre que enseñemos de palabra y de obra que la paz se construye con acciones de paz. Para esto hay que tener paz en el corazón y una conciencia moral sólida y rectamente formada;
  • Construir la civilización del amor.

Si de verdad queremos un Uruguay cada vez mejor, podemos poner en práctica las sugerencias de Viktor Frankl.

Presentación de la Sociedad Uruguaya de Logoterapia, Montevideo , 12 de octubre de 1994.


 

[1] Viktor Frankl,»La voluntad de sentido», Herder, 1988, p. 255.

[2] Viktor Frankl, Idem., p. 275.

[3] Viktor Frankl, Idem., p. 276.

[4] Viktor Frankl, «El hombre doliente», Herder,1987, p. 19.

[5] Viktor Frankl, «Psicoterapia y humanismo», F.C.E., 1984.

[6] Viktor Frankl, «La voluntad de sentido», Herder, 1988, p. 228.

[7] Viktor Frankl «Ante el vacío existencial» Herder 1980 p. 28.

[8] Viktor Frankl,»La voluntad de sentido»,Herder, p. 151.

[9] Viktor Frankl, idem. p. 229.

[10] 10- Viktor Frankl, «El hombre doliente», p. 19s. La misma idea en «La presencia ignorada de Dios» p. 106 s. Idea semejante unida al «sentimiento de absurdidad, aparece en «Logoterapia y análisis existencial» p. 283. En esta misma obra ver «hambre de pan y hambre de sentido» p. 275 ss.

[11] Viktor Frankl,»El hombre doliente»,p. 20.

[12] Viktor Frankl, idem. p. 20

[13] Viktor Frankl, «El hombre doliente», «La idea psicológica del hombre»,»La voluntad de sentido» y «La presencia ignorada de Dios», Herder 1979.

[14] Viktor Frankl «La idea psicológica del hombre.» Rialp 1976, «El hombre doliente», «La voluntad de sentido», «Apunti per un autobiografia», en Eugenio Fizzotti, «Logoterapia applicatta», 1990.

[15] Viktor Frankl, «Logoterapia y análisis existencial», Herder,.1990 p. 231.

[16] Viktor Frankl, idem p. 233.

[17] Viktor Frankl, idem p. 238.

[18]– Viktor Frankl, «Amor y sexo», en «El hombre doliente»

[19] Viktor Frankl, «El hombre en busca de sentido», Herder, 1982, p. 45 ss.

[20] Viktor Frankl, «Psicoanálisis y existencialismo», F.C.E., 1978, p. 222 ss.

[21] Viktor Frankl, «Logoterapia y análisis existencial»

[22] Viktor Frankl; «Diez tesis sobre la persona » en «La voluntad de sentido».