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Carlos Caso-Rosendi

Para muchos de nosotros, Fe y Razón es como un viejo amigo a quien venimos visitando desde hace años. La Revista Virtual es innegablemente una parte importante de la historia de la evangelización en el Internet y me siento honrado de ser parte de esa historia.

Con una historia tan rica, podemos sentirnos cómodos y olvidarnos que los tiempos cambian. Sin embargo, Fe y Razón no ha tenido temor de cambiar para mejorar y crecer. En estos cambios, veo la oportunidad de servir y apoyar tanto a los viejos como a los nuevos lectores en estos tiempos tan difíciles en los que se necesitan voces claras que hagan llegar información confiable a los católicos hispanoparlantes.

Hemos hecho algunas actualizaciones a nuestro diseño, por lo que notará algunos nuevos diseños y otras diferencias en la apariencia de nuestras páginas. Hemos hecho más claras las divisiones departamentales para facilitar la lectura y el intercambio de nuestro contenido. También hemos actualizado nuestras entrevistas y artículos para brindar a nuestros lectores aún más apoyo espiritual a medida que viven su fe en su vida personal, en su familia, en su comunidad y en el mundo en general.

Hoy ya están disponibles las dos ediciones en formato digital (Kindle) y formato impreso de 5 por 8 pulgadas. Sabemos que su fe católica es importante para usted, y para nosotros es importante inspirar, informar y alentar esa fe.

Gracias por ser una parte integral de todo lo que hacemos. En estas casi dos décadas de vida, Fe y Razón se ha esforzado por servir al público católico para que podamos siempre “dar razones de nuestra esperanza” – Ahora invitamos a todos a acompañarnos en el camino y agradecemos a Dios que nos haya sostenido hasta aquí, rogando que siempre nos acompañe y nos guíe.

¡Bienvenidos a esta nueva era de Fe y Razón!

Contenido del número 133 de la Revista Fe y Razón

El ocaso del ateísmo
Daniel Iglesias Grèzes

Primeramente, el humanismo ateo pretende defender la libertad del hombre, pero en última instancia la niega. Si sólo existe la materia, el hombre no es más que un conjunto de átomos; y los átomos no son libres, sino que se mueven según las leyes naturales. La libertad humana individual y las libertades políticas serían meras ilusiones.

¿A la luz de Amoris Laetitia?
Néstor Martínez Valls

De todo ello se sigue que, con toda certeza, en la teología moral católica tradicional la posibilidad de confesarse y comulgar sin propósito de enmienda es en todo caso algo excepcional, que por tanto no puede ser convertida en la regla general, sino precisamente lo contrario: la norma general es que en esos casos no son posibles la absolución y la comunión mientras no cambie la actitud de la persona.

La finalidad de la naturaleza humana y la función del Derecho
Gabriel González Merlano

Por tanto, el derecho es instrumento de salvación, no algo que coarta, sino aquello que posibilita la libertad y la creación de ese espacio adecuado en el pueblo de Dios para lograr la salud eterna. La salvación como felicidad, plenitud, total armonía, perfecta realización, es la aspiración más profunda del hombre, que vamos construyendo en esta vida y la logramos junto a Dios.

Paradojas del camino a la santidad
Miguel Antonio Barriola

El poder de Dios, en realidad, pasa por la vulnerabilidad del Hijo y desde entonces continúa obrando la salvación, usando las limitaciones de quien—no por ser humilde, sino simplemente sincero—reconoce plenamente su fragilidad e impotencia, quien se sabe culpable y ha experimentado el perdón de quien lo ha creado y constantemente lo recrea; quien sabe que jamás será perfecto y tampoco desea serlo, si esto significara no saber gozar ni apreciar la misericordia del Padre.

La muerte del arte
Joseph Hanna

Compara eso con el crucifijo en un cubo de orina. Una vez que la broma se ha vuelto obsoleta y la sociedad ya la ha visto, alguien que se encuentra con el conjunto verá un balde apestoso seco con un crucifijo manchado en el fondo. En una edad futura secular, parecería un error, un bote de basura esperando que se lo lleven. En una era futura más religiosa, parecería una trágica desviación. El crucifijo sería recuperado, limpiado y se le daría un nuevo lugar de honor. El cubo sería quemado o enterrado. Alguien rezaría una oración de desagravio. Pero nadie se lo llevaría a casa para exhibirlo bajo una lámpara como una preciosa obra de arte que representa la verdad y la belleza.

La gracia como lo específico de la vida cristiana
Sebastián Pinazzo

Es urgente recuperar el carácter luminoso propio de la fe, pues cuando su llama se apaga, todas las otras luces acaban languideciendo. Y es que la característica propia de la luz de la fe es la capacidad de iluminar toda la existencia del hombre. Porque una luz tan potente no puede provenir de nosotros mismos; ha de venir de una fuente más primordial, tiene que venir, en definitiva, de Dios. La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor, un amor que nos precede [y nos transforma].

El ascenso de las dos avaricias
Carlos Caso-Rosendi

La moralidad es nada más que la razón puesta en práctica. El hombre liberado de ataduras morales tiende a la animalidad. Como los evolucionistas han mal-enseñado a la sociedad diciendo que somos animales superiores evolucionados de formas de vida inferiores, no cuesta mucho animalizar al hombre dominado por sus pasiones. Atado a esa magra satisfacción, las fuerzas (estado, cultura) que lo empujaron a esa vida vacía e infeliz, ahora se vuelven los guardianes del “derecho” del hombre a satisfacer sus pasiones y así el individuo pierde la dignidad y es usado social, económica, y políticamente.

Este es el tiempo, esta es la fe
Timothy Dell

Nuestra sumisión a la Tradición Apostólica es una obligación, un muro impasable ante el cual se detiene toda tendencia a la liberalidad por más sana que sea. Y ese muro es impasable porque guarda y contiene nuestra identidad católica, gracias a ese límite somos católicos. Si el mundo se ha parado sobre su cabeza y cree que la sumisión del intelecto es un escándalo, que lo haga; yo por mi parte no considero la autonomía necia de los liberales a ultranza como una virtud por el simple hecho de que es una manifiesta necedad.

A quienes descreen del Milagro del Sol
Mark Mallett

El catolicismo no se opone a la ciencia. Se opone al ateísmo que convierte a la ciencia en una religión y en la respuesta a todas las cosas existenciales. Tampoco la Iglesia Católica –y eso con gran mérito propio– en toda su historia se ha apresurado a declarar algo como un milagro. A menudo toma años estudiar los eventos y eliminar la posibilidad de un engaño.

Reflexiones sobre el progresismo
Daniel Iglesias Grèzes

En nuestra actual civilización, la amenaza de una ciencia sin conciencia y de un progreso técnico amoral es ya una realidad grave. Extrapolando la actual tendencia a un desarrollo técnico desvinculado de la ética, nos enfrentamos a la oscura perspectiva de una sociedad cada vez más deshumanizada. Esa tendencia se muestra hoy con máxima claridad en el ámbito de la biotecnología, que parece encaminada a convertir al ser humano en un producto industrial más, comprable y vendible por catálogo.